Las lentillas blandas están hechas de materiales flexibles y suaves, ideales para la mayoría de los usuarios, ya que son cómodas y fáciles de adaptar. Las lentillas rígidas, por otro lado, están hechas de materiales más duros y se utilizan para corregir problemas visuales específicos, como astigmatismo.

El tiempo de uso varía según el tipo de lentilla. Las lentillas diarias se desechan después de un solo uso, mientras que las lentillas mensuales se pueden usar durante 30 días. Sigue las recomendaciones de tu profesional de la visión y evita el uso excesivo, ya que puede causar molestias y problemas oculares.

No se recomienda nadar ni ducharse con lentillas, ya que el agua puede contener gérmenes y microorganismos que pueden adherirse a las lentillas y causar infecciones oculares. Si necesitas usar lentillas durante actividades acuáticas, consulta con tu optometrista sobre lentillas desechables especiales.

Sí, existen lentillas diseñadas específicamente para personas con ojos secos. Estas lentillas suelen retener más humedad y son más cómodas. Sin embargo, es importante hablar con un optometrista para determinar si las lentillas son adecuadas para tu caso y recibir orientación sobre el uso adecuado y el cuidado.